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DOMINGO IV DE PASCUA -A- Domingo del Buen Pastor

DOMINGO IV DE PASCUA -A- Domingo del Buen Pastor

«YO SOY LA PUERTA DE LAS OVEJAS»

 

CITAS BÍBLICAS: Hch 2, 14a.36-41 * 1Pe 2, 20b-25 * Jn 10, 1-10 

A través de las páginas del evangelio vemos al Señor Jesús presentarse a los discípulos encarnando distintas figuras. Unas veces lo hace afirmando que es el Camino, o la Verdad, o la Vida. En otras nos dice que él es la luz del mundo, etc. Sin embargo, hay una figura muy especial que, tomada del Antiguo Testamento, hace referencia al mismo corazón del Señor. No referimos a la figura del pastor. Una figura entrañable que no requiere demasiadas explicaciones.

¿Por qué al Señor Jesús le gusta presentarse como al Buen Pastor? Lo hace porque el Pueblo de Israel, en su origen, era un pueblo de pastores que iba desplazándose de un lugar a otro, buscando agua y buenos pastos para el rebaño. Además, es significativa la especial relación entre el pastor y cada una de sus ovejas. Para el pastor cada oveja no es un número más. Conoce a cada una por su nombre. Está al corriente de su carácter. Está al tanto de sus caprichos y sabe en la alimentación lo que cada una prefiere y, además, gusta tener a los corderitos en su regazo. Resumiendo, pastor y rebaño forman como una gran familia.

Otra particularidad debemos señalar. El pastor defiende a su rebaño del ataque del lobo o de otras alimañas, hasta el extremo de exponer su vida y llegar a perderla, si llega el caso, defendiendo a sus ovejas.

Creo que después de todo lo expuesto, no es de extrañar que el Señor guste presentarse a los que le siguen encarnando la figura del Buen Pastor. En el evangelio de hoy lo hace diciendo: «El pastor llama a sus ovejas y las ovejas atienden su voz. Las llama a cada una por su nombre. Camina delante y ellas le siguen, porque conocen su voz. A un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen su voz».

Un poco más adelante el Señor Jesús afirma: «Yo soy la puerta de las ovejas… quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos… El ladrón entra para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante». El Señor Jesús es para nosotros, el camino, la puerta segura para llegar al Padre. Así lo afirma en otra parte del evangelio cuando dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por mí». 

Si tú y yo estamos convencidos de pertenecer al rebaño del Señor, este evangelio hallará cumplimiento en nuestra vida. Nosotros somos esas ovejas por las que el Señor ha derramado hasta la última gota de su sangre. Nos ha amado hasta el extremo.

Hay una cosa, sin embargo, que no hemos de perder de vista. ¿Cuál es el comportamiento de las ovejas con su pastor? ¿Cómo le pagan sus desvelos y cuidados? De dos maneras: estando atentas a escuchar su voz, y siendo obedientes y dóciles ante sus indicaciones. Si estas condiciones se cumplen, sin duda, el Pastor las conducirá a fuentes tranquilas y pastos abundantes.

Celebramos hoy el Domingo del Buen Pastor. Celebramos que el Espíritu Santo ha dispuesto que la persona del Único Pastor, llegue hasta nosotros en la figura del Papa, de los Obispos y Presbíteros que, como el Señor Jesús, están dispuestos a entregar su vida si fuera necesario defendiéndonos de los ataques del Enemigo, y se esfuerzan para que no nos falte el alimento que nos haga crecer en la fe. Nosotros, debemos agradecerles sus desvelos, mediante la oración, la docilidad y la obediencia a sus indicaciones.   


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