Blogia
Buenasnuevas

DOMINGO XVI DE TIEMPO ORDINARIO -A-

DOMINGO XVI DE TIEMPO ORDINARIO  -A-

«EL REINO DE LOS CIELOS ES SEMEJANTE A...»

 

CITAS BÍBLICAS: Sb 12, 13. 16-19 * Rm 8, 26-27 * Mt 13, 24-43

El Señor Jesús continúa hoy hablando a sus discípulos en parábolas. Serán tres las que hoy propondrá a los que le escuchan. Las tres tienen un denominador común: en las tres se hace referencia al Reino de los Cielos, por eso se conocen estas parábolas como Parábolas del Reino.

La primera parábola nos habla del trigo y de la cizaña. Ha sido siempre una parábola muy actual, porque el maligno, que es el enemigo que siembra la mala semilla, ha procurado siempre, haciendo labor de zapa, sembrar la discordia en el seno de la Iglesia.

A través de la historia todas la órdenes religiosas y movimientos que el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia, han sufrido persecución en sus inicios. Ha sido la obra del maligno que ha sembrado mala semilla intentando destruir y contrarrestar la obra del Espíritu.

Un caso muy evidente que ha sucedido en nuestro tiempo, lo tenemos en los años posteriores al Concilio. Como consecuencia de la inquietud y del deseo de renovación que trajo el Concilio a la Iglesia, fueron muchos los movimientos que surgieron intentando llevar a la práctica las enseñanzas del mismo. Unos eran fruto del Espíritu Santo y otros, en cambio, se movían en terreno poco ortodoxo. Ante esta situación se pidió al Papa Pablo VI que desautorizara a estos movimientos. La respuesta del papa fue la misma que la del amo de la parábola: «No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega».

La sabiduría del Papa es la que tenemos que pedir para nosotros. No juzguemos de manera precipitada. No seamos justicieros condenando a los demás, dejemos obrar al Señor que tiene una paciencia infinita. La paciencia del Señor, como dice san Pedro, es nuestra salvación.

Antes de seguir queremos hacer una aclaración. Cada vez que el Señor en los evangelios hace referencia al Reino de los Cielos, no nos está hablando de algo que está lejos de nosotros, nos está hablando de su Iglesia. La Iglesia es el Reino de los Cielos que está entre nosotros, por eso todas estas parábolas encuentran pleno cumplimiento en ella.

Otra parábola del Señor, hoy, es la del grano de mostaza. De la misma manera que la semilla de la mostaza es diminuta, también en el inicio, la Iglesia fundada por Jesucristo, fue en extremo modesta. Unos pescadores, un publicano cobrador de impuestos, gente humilde y sin estudios, fueron los elegidos por el Señor como cimiento de un edificio que llegaría a abarcar la tierra entera. Queda demostrado que el Señor elige a lo pequeño y a lo humilde, para confundir al soberbio y engreído. Obra así, para dejar claro que la obra es suya, que es Él el que la ha iniciado y la está llevando adelante.

 La tercera parábola de hoy tiene relación directa con nuestra misión en la Iglesia. Todos sabemos que para elaborar un buen pan es necesario partir de una pequeña cantidad de levadura, de una pequeña cantidad de masa madre. Esa poca cantidad de fermento mezclada con una gran cantidad de harina, tiene la virtud de hacer fermentar a toda la masa. Tú y yo, que somos pequeños e insignificantes, estamos llamados por el Señor a hacer fermentar a todos aquellos que se relacionan con nosotros. No por nuestros méritos, que no los tenemos, sino por la fuerza del Espíritu Santo que habita en nosotros. Hemos sido elegidos, por tanto, por el Señor, como colaboradores suyos, para que la Buena Noticia de la salvación alcance a todos los hombres.


0 comentarios