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DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO -A-

DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO -A-

«Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?»

 

CITAS BÍBLICAS: Is 22, 19-23 *Rm 11, 13-36 * Mt 16, 13-20                 

Hoy, encontramos al Señor Jesús que, acompañado por sus discípulos, se dirige hacia Cesarea de Filipo en la parte norte de Galilea. Su fama se ha extendido por todo Israel y alcanza aún, más allá de sus fronteras. Sin embargo, no todos los que lo siguen tienen claro de quién se trata. ¿Es el Mesías? ¿Es un profeta? ¿Quién es?

En un momento del viaje Jesús pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?» Ellos contestan: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Sin embargo, lo que realmente quiere saber el Señor es lo que sus propios discípulos piensan de su persona. Por eso, a continuación, sin más, les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro, siempre tan lanzado, toma la palabra y dice: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Ante esta confesión de Pedro, el Señor responde: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo». Ahora te digo yo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del Infierno no la derrotará».

Este diálogo del Señor con sus discípulos es el mismo que hoy quiere tener con cada uno de nosotros. Es muy fácil que tú y yo, después de estar mucho tiempo en la Iglesia siguiendo al Señor, nunca nos hayamos parado a preguntarnos, ¿quién es, realmente para mí Jesucristo? ¿Por qué lo sigo? Por eso, hoy, en este momento, la pregunta que Jesús formula a sus discípulos, nos la hace a ti y a mí. ¿Quién dices tú que soy yo? pregunta. Es fácil que para responder tengamos que echar mano de lo que aprendimos en el Catecismo, cuando nos preparábamos para nuestra Primera Comunión.

¿Qué experiencia tenemos nosotros de lo que el Señor ha hecho en nuestra vida? Lo conocemos o ¿sólo Conocemos a Jesucristo por lo que nos han enseñado? ¿Tienes experiencia de que, en los momentos cruciales de tu vida, en las dificultades y sufrimientos, invocando el Nombre, el poder del Señor, has podido hacer frente a todo, sin que los problemas acabaran destruyéndote? ¿Puedes decir, como Pedro, tú eres el Señor? ¿Tú eres el que con tu poder me has hecho caminar por encima de las aguas embravecidas del mar de la vida sin que me hundiera?

Si es así, no tengas inconveniente en proclamarlo, en darlo a conocer. Ayudarás con ello a otros que atraviesan dificultades parecidas a las tuyas y no saben a quién acogerse. Es una magnífica ocasión de ser testigo de Jesucristo. No tengas inconveniente en dar la cara por Él.  

Contestar a esta pregunta del Señor es urgente, particularmente hoy. Hoy, la sociedad en la que vivimos está necesitando imperiosamente testigos de Jesucristo. El ateísmo, la degradación de las costumbres, la laicización de la sociedad que se afana en borrar de la vida pública la figura de Dios. El humanismo radical que pone al hombre como centro, desplazando a Dios del lugar que le corresponde. Todo esto, exige que se manifiesten los verdaderos testigos de Jesucristo. Cristianos que puedan testimoniar con su vida, que Cristo vive, que está resucitado y actúa en su Iglesia. Que encontrarse con Él es la única solución que tenemos para que nuestra vida tenga sentido.


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