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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA -A-

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA -A-

«LOS PASTORES ENCONTRARON A MARÍA Y A JOSÉ Y AL NIÑO ACOSTADO EN EL PESEBRE»

 

CITAS BÍBLICAS: Eclo  3, 2-6.12-14 * Col 3, 12-21 * Mt 2, 13-15.19-23

En el domingo dentro de la octava de Navidad, la Iglesia pone a nuestra consideración la figura de la Sagrada familia: Jesús, María y José. Esta familia ha sido la que Dios-Padre ha elegido como escuela para que su Hijo se formara como ciudadano y como miembro del Pueblo Elegido. José y María han llevado adelante la tarea de que su Hijo no solo creciera y se desarrollara como hombre, sino que, lo que es más importante, creciera conociendo a Dios como Padre y lo amara con todo el corazón.

A través de la historia, la figura de la Sagrada Familia se ha idealizado e incluso se ha llegado a deformar. Una devoción sensiblera nos ha mostrado una Sagrada Familia que no tiene nada que ver con la original. La familia de Jesús, María y José, era una familia que no destacaba de las demás de Nazaret. Si en algo era distinta era que en ella, hallaba total cumplimiento la primera Palabra de Vida, o mandamiento, como estamos acostumbrados a decir, que había dado Dios a su pueblo: «Amarás a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas tus fuerzas». Esto fue lo que, desde un principio, grabaron María y José en el corazón del Niño Jesús.

Es importante que los creyentes, en una sociedad empeñada en destruir o descafeinar lo que de verdad es la familia, tengamos como modelo a la Sagrada Familia. Para conseguirlo podemos preguntarnos: ¿Cómo era aquella Familia y cómo debe ser una familia cristiana? Ante todo, vemos que lo más importante es que era una comunidad de amor, en la que cada miembro cumplía con su misión en beneficio de los restantes miembros. José, como cabeza, con su trabajo cubría las necesidades de la familia ayudado por María. No existía ninguna competencia entre ellos. Los dos se esforzaban con su trabajo en llevar adelante aquella comunidad de amor que tenía como misión la educación integral del Hijo de Dios encarnado.

Hemos hecho referencia muchas veces al catecumenado de la Iglesia como tiempo de preparación y maduración antes de recibir el Bautismo. Pues bien, podemos decir que el Señor Jesús durante los treinta años que vivó en Nazaret junto a María y José, llevó adelante su propio catecumenado que lo preparaba para afrontar la misión que Dios-Padre había dispuesto para él. Los que lo formaron durante este tiempo de preparación fueron sus padres.

Si la familia cristiana y también la familia tradicional es perseguida y encuentra hoy en día dificultades para educar íntegramente a sus hijos, no es por otra cosa sino porque tiene la misión de educar a los niños y a los jóvenes, transmitiéndoles los valores cristianos y también tradicionales, con objeto de que lleguen a ser ciudadanos ejemplares. Las fuerzas que se autodenominan progresistas están en contra de este derecho de los padres a educar según sus convicciones y creencias, porque lo que pretenden es inculcar a la juventud su particular ideología. Por eso, hoy en día es necesario que los padres vigilen de cerca lo que se enseña a sus hijos. La misión principal de la escuela es instruir y también educar, pero esto último, respetando siempre la voluntad de los progenitores.

Es necesario pedir a Jesús, María y José, la sabiduría y la fuerza necesaria para que nuestras familias sean semejantes a la suya, en donde los hijos encuentren las dos columnas indispensables, padre y madre, para apoyarse, con objeto de crecer como lo hizo el Niño Jesús, en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

Finalmente, constatar, que si hoy las fuerzas del mal están empeñadas en destruir la familia, es porque es el paso necesario para acabar con la Iglesia. Se trata de la guerra particular que el demonio lleva contra Dios. No nos dejemos engañar, pues, por el continuo bombardeo que recibimos desde los medios de comunicación, esforzándose para que lleguemos a considerar como normales los tipos de relación que nos ofrecen, y que no tienen nada que ver con la familia tradicional y cristiana.

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