DOMINGO III DE TIEMPO ORDINARIO -B-
«VENID Y OS HARÉ PESCADORES DE HOMBRES»
CITAS BÍBLICAS: Jon 3, 1-5.10 * 1Cor 7, 29-31 * Mc 1, 14-20
Juan ha sido arrestado y el Señor Jesús se dirige a Galilea para anunciar allí la Buena Nueva. Va diciendo a las gentes: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia».
Juan en su predicación anunciaba la inminencia de la llegada del Reino de Dios. Hoy el Señor anuncia que ese Reino ha llegado ya, que el plazo dispuesto por Dios-Padre se ha cumplido. Con el Señor Jesús llega la instauración del Reino de Dios, tanto tiempo anunciado por los profetas y esperado con ansia por el pueblo de Israel.
El Señor, como ya hizo Juan, llama a las gentes a conversión y llama a todos a escuchar la Buena Noticia del Reino. Esta llamada a conversión la realiza también hoy para cada uno de nosotros. Llamar a conversión significa llamar a reconocer que nuestra vida discurre por caminos errados. Que estamos buscando la felicidad en los ídolos del mundo, cuando éstos no nos la pueden dar. Que pedimos a los afectos, al dinero, al sexo, a las diversiones, al trabajo, etc., que satisfagan los deseos de felicidad de nuestro corazón, sin lograr conseguirlo. Convertirnos es, pues, reconocer que en vano nos estamos fatigando.
Convertirnos es también, reconocer en aquel que nos llama, en el Señor Jesús, al único que puede llenar por completo nuestro corazón. El único que puede hacernos felices totalmente. Él pasa por nuestro lado, como lo hace en este evangelio junto a Andrés y Simón, y nos invita a seguirle, nos invita a ser sus discípulos.
Hoy, como ayer, Él tiene necesidad de que le ayudemos a propagar la Buena Noticia, porque ama a todos los hombres ya que por todos ha dado su vida. Necesita testigos que anuncien que está vivo y resucitado, que está dispuesto a ayudarnos en todos los acontecimientos de nuestra vida. Él es Señor de todo aquello que nos hace sufrir, enfermedades, problemas de padres con hijos y de hijos con padres, problemas en el trabajo, problemas familiares, etc., También es Señor de aquellos defectos personales, de aquellos vicios, que nos hacen sufrir y que procuramos que los demás desconozcan. Tu carácter, tu mal genio, tu avaricia, tus impulsos sexuales mal controlados, etc., etc. de todo esto, Él es Señor.
¿Y qué significa que es Señor? Que puede llegar donde tú no puedes llegar. Que puede ayudarte a superar todos estos problemas ante los que tú te sientes impotente. Ser discípulo es ser testigo de que todo esto es verdad, de que tiene poder para ayudarte, porque tú lo has experimentado en tu vida.
También hoy el Señor pasa por nuestro lado y nos invita a seguirle. Quiere hacer de nosotros pescadores de hombres. No nos confundamos, esta invitación no va dirigida únicamente a curas y frailes. Va dirigida a hombres y mujeres como tú y como yo, que están dispuestos a trabajar por la extensión del Reino de Dios, cada uno en su propio ambiente, en el trabajo, en la familia, con los amigos, etc. Tu misión como cristiano no se limita a venir a Misa, a dar limosna y a rezar tus oraciones. Un cristiano es aquel que trabaja para que los que lo rodean lleguen a conocer el amor de Dios, lleguen a conocer al Señor Jesús, el único que puede hacer que la vida del hombre en este mundo tenga sentido. Esto es ser pescadores de hombres, esto es ser discípulos del Señor.
Andrés y Simón dejan las redes. No tengas miedo en dejar todo aquello que te impide seguir al Señor, Él sabrá compensarte con creces.
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